lunes, 12 de enero de 2015

Reseña "El nombre del viento" de Patrick Rothfuss


Título: El nombre del viento
Autor: Patrick Rothfuss
Editorial: Plaza y Janés
Páginas: 880
Precio: 22,90 euros
Género: Fantasía
ISBN: 9788401337208

SINOPSIS
"Viajé, amé, perdí, confié y me traicionaron." En una posada en tierra de nadie, un hombre se dispone a relatar, por primera vez, la auténtica historia de su vida. Una historia que únicamente él conoce y que ha quedado diluida tras los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que le han convertido en un personaje legendario a quien todos daban ya por muerto: Kvothe... músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino. Ahora va a revelar la verdad sobre sí mismo. Y para ello debe empezar por el principio: su infancia en una troupe de artistas itinerantes, los años malviviendo como un ladronzuelo en las calles de una gran ciudad y su llegada a una universidad donde esperaba encontrar todas las respuestas que había estado buscando.

OPINIÓN
Tenía que leer este libro, que tantas alabanzas y tan pocas críticas negativas ha recibido, este tocho de casi novecientas páginas que va enamorando a toda una generación de lectores de fantasía y que nos muestra la historia de la vida de Kvothe, un protagonista astuto y fiero con un factor Lazarillo de Tormes bastante palpable. Tenía que leer este libro a pesar de que, en tamaño estándar (el grande, sí, el que no es de bolsillo), el que yo tengo, pesa más que una vaca en brazos. Tenía que leerlo porque todo el mundo me decía "¿Te gusta la fantasía? ¿Has leído...?", y el título que llenaba esos puntos suspensivos eran protagonizados o bien por El nombre del viento, a lo que ya he puesto remedio como veis en esta reseña, o bien Juego de tronos, a lo que pondré remedio pronto, gracias a los reyes magos. Y yo, que me declaro fan de las varitas, los seres sobrenaturales y los amuletos mágicos, no podía pasar por la terrible humillación de no haber catado a Rothfuss.
Vale, tenéis razón, amo las varitas, los seres sobrenaturales y los amuletos mágicos, pero si se encuentran en las calles de nuestra tierra en los tiempos que corren ahora mismo, ya que no soy muy fan de lo épico. Es decir, que yo soy más del urban fantasy que tanto odian muchos. Excepto sonadas excepciones en las que las flechas de madera y los vestidos del medievo me transportan a un mundo que me consterna y me encanta a la vez, como los creados por Laura Gallego en Donde los árboles cantan o mis amadas Crónicas de la torre, y, ahora, en esta obra que os muestro.
El nombre del viento está entre esas excepciones porque, sorpresa, ha conseguido salirse de lo normal. A mí lo épico me suele aburrir. Porque sí, porque me parece monótono. Porque me lo veo venir todo y porque tiene algo que... me repele antes de abrir las páginas del libro. Quizá porque me parece que es siempre lo mismo, libro tras libro, a lo mejor he leído poco y malo y no me ha llegado, lo que se ha transformado en prejuicios. Pero bueno, lo importante es que el nombre del viento ha sido la excepción a una norma de la que estaba harto ¿Y por qué? ¿Cuál es la principal diferencia entre este comienzo de saga y los demás? La lógica. Esa lógica aplastante que rodea todo, incluida la forma de hacer magia, que aquí es llamada simpatía. Os pongo un ejemplo: para enlazar un objeto a otro (como si fuera un muñeco vudú), se necesita un cierto parecido entre los dos: en el aspecto, el peso, los materiales... así, cuanto más parecido sean los objetos, mayor será el vínculo, es decir, si son muy parecidos y quemas uno es probable que el otro arda también, si, por el contrario, tienen pocas similitudes, el que quemes arderá y el otro solo sentirá un leve calorcillo. Todo en porcentajes, pero explicado de una manera simple y muy interesante. El punto original también se lo lleva la historia, porque no es una historia de profecías apocalípticas o de magos que quieren someter al mundo, ni de elegidos para salvar todo lo que le rodea de las garras del mal. Es una historia contada por un hombre, su historia, la historia de su vida. Ochocientas páginas de la historia de una vida, de la primera parte. A priori suena a aburrimiento y a paja por doquier, pero no es así para nada, y de hecho se me ha hecho más liviano de lo que esperaba. Sin grandes dosis de acción, la historia resulta interesantísima, como un relato de supervivencia de un chaval que no deja de ser un adolescente y que debe buscarse la vida sin un duro entre los altos estándares de la ciudad. Todo capítulo de su vida ha ido forjando al hombre que se encuentra en la taberna relatando a un escriba su vida con pelos y señales, un hombre del que se muestra lo justo para no quedarte corto ni para darte por satisfecho.
La narración, aunque es cierto que hay un pelín de demasiadas descripciones de lo más extensas, resulta maravillosa. Se nota en todo momento que es una narración de un hombre, pero eso no hace que te cueste adentrarte en la historia, por el contrario, tantas definiciones que resultaban pesadas también te metían en escena de forma rápida pero sutil. Y hay unas cuantas frases para enmarcar, de esas que te hacen reflexionar, y que veré si meto en alguna entrada de la sección Qué nos dicen los libros que tengo horriblemente abandonada.
Y, para acabar, decir que la portada me gusta mucho. Resulta misteriosa a la par que atractiva, llama la atención, aunque creo que tiene un toque demasiado oscuro para una historia que, aunque goza de crudeza, no es siniestra. Pero desde luego, atrayente es, no me diréis que no.
Pues eso, que es lectura imprescindible en fantasía. Que estoy loco por saber cómo se las apaña el autor para mantener esta trilogía, porque voy a ciegas, sin saber cómo continuará. Nos tiene que contar la vida de Kvothe, sin olvidarse de la trama que se mantiene en la actualidad, rodeada de misterio, que estoy deseando que progrese. Así que leeré El temor de un hombre sabio con altas expectativas y os contaré si no me decepciona.

Lo mejor: Vemos progresivamente como Kvothe va madurando, y la forma tan original en la que se presenta la fantasía.
Lo peor: Demasiadas descripciones y otras cosas en las que se pierde tiempo sin ser importantes, pero tampoco me ha parecido que la historia fuese pesada.

PUNTUACIÓN
9/10

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