viernes, 27 de febrero de 2015

Reseña "El océano al final del camino" de Neil Gaiman

Título: El océano al final del camino
Autor: Neil Gaiman
Editorial: Roca
Páginas: 240
Precio: 17,90 euros
Género: Fantasía
ISBN: 9788499186573

SINOPSIS
Hace cuarenta años, cuando el narrador contaba apenas siete, el hombre que alquilaba la habitación sobran en la casa familiar se suicidó dentro del coche de su padre, un acontecimiento que provocó que antiguos poderes dormidos cobraran vida y que criaturas de más allá de este mundo se liberaran. El horror, la amenaza, se congregan a partir de entonces para destruir a la familia del protagonista.
Su única defensa la construirán las tres mujeres que viven en la granja desvencijada al final del camino. La más joven de ellas, Lettie, afirma que el estanque es, en realidad, un océano. La mayor dice que recuerda el Big Bang.


OPINIÓN
Quería probar de nuevo a Gaiman, pero quería probarlo con algo que me enamorara, que me produjera escalofríos, que me emocionara, y El océano al final del camino tenía toda la pinta de que iba a conseguirlo. Y lo consiguió.
El océano al final del camino narra una historia que va mucho más allá de lo que vayamos a leer. Es una historia a la que tenemos que buscarle el sentido, es una metáfora sobre lo que es la infancia y lo que somos cuando nos convertimos en adultos. El narrador de esta historia se dirige, casi inconscientemente, a la granja donde pasó uno de los momentos más importantes y místicos de su vida junto a Lettie y su madre y su abuela. Pero él no lo recuerda. O no lo recuerda completamente, o simplemente lo recuerda pero no quiere creérselo. Pero es ahí, en la parte de atrás de esa granja, mirando el estanque que un día fue un océano para él, cuando los recuerdos vuelven, gota a gota, a su mente. Y ahí es donde empieza la trama de esta espectacular historia que hará las delicias de cualquier lector que busque algo original.
Lo primero que quiero destacar es la crítica que se hace a los adultos en este libro. Vale, eso se puede pensar que ya está manido: los adultos son aburridos, los adultos son hombres grises que no juegan, son seres que cambian los papeles para pintar por documentos y facturas y esas cosas que los libros infantiles (aunque este no es un libro infantil) se empeñan en decir. Son verdad, pero eso no significa que nos lo tengan que repetir a cada oportunidad que tengan ¿Qué diferencia la crítica social de esta obra maestra de Gaiman de la de, por ejemplo, El principito? Es mucho más madura y a la vez más sutil. El protagonista nos muestra sus dudas acerca de si su padre le quiere, unas dudas estúpidas que casi todos hemos tenido de pequeño alguna vez por el simple hecho de que no nos compraran lo que queríamos o algo así, solo que en su caso resultan fundamentadas, basándose en algo. Se muestra cosas como la infidelidad, el destroce poco a poco de un hogar por culpa de fuerzas ocultas y por la pérdida de recuerdos. Porque sí, de adultos nos convertimos en gente más gris y aburrida, pero no por la pérdida de ilusión, que siempre nos acompaña. Más bien por la pérdida de recuerdos. Recuerdos que perdemos al no darles la importancia que se merecen. ¿Cómo vamos a emocionarnos al volver a la casa de tus abuelos si no recuerdas las preguntas que te hiciste allí, las flores que oliste en ese jardín, o el sabor de las meriendas con los primos? ¿Cómo vas a llorar por la muerte de alguien con quien no recuerdas haber pasado una de las tardes más importante de tu vida? ¿Cómo vas a enamorarte todos los días de la misma persona si no te esfuerzas en rememorar los mejores momentos, los mejores besos, las mejores risas, que hiciste con ellas? Los adultos pierden muchos recuerdos por no cuidarlos, especialmente los recuerdos buenos, porque son más negativos. Y eso les hace ser así.
Y eso es lo que me ha enseñado este libro tan magnífico.
La narración es extremadamente sutil. No te impone terror, sino que te va produciendo poco a poco escalofríos, te va inquietando. No te hace llorar, pero te humedece los ojos. No te hace reír a carcajadas, pero te hace levantar las comisuras de los labios de cuando en cuando. Mejora la historia, la hace más vívida y los sentimientos del protagonista se nos van instalando dentro de forma suave como si fueran nuestros. Además, es muy ágil. Desde luego, Neil Gaiman tiene una prosa de admirar.
La trama es fantástica, pero es un tipo de fantasía muy original. Olvidaos de poderes mágicos, dragones, hadas y ese etcétera. Meteos en un mundo donde la magia es todo aquello que sobrepasa los límites de lo posible y la realidad, que son reglas violadas una y otra vez por las fuerzas que han despertado para hacernos la vida imposible. Quizá al principio resulta un poco soso todo, pero después va mejorando mucho, mucho más y acaba siendo una historia que os hará plantearos qué habéis leído y por qué os ha gustado tanto. Si os enamora aunque sea la mitad que a mí, merecerá la pena la lectura. Sobre todo por ese final.
Hablemos ahora de la portada, porque todos sabemos que soy un superficial y no puedo dejar de halagar la preciosidad de portada que han escogido. Esa fotografía en tonos azules capta a la perfección la esencia de la trama y me ha enamorado. Pero, oh, error, yo tengo la edición de Debolsillo, que a pesar de ser pequeñita, en tapa dura y monosa, no tiene esa portada:´(

Total, que leáis este libro, vagos. Que puede que no os guste, puede que lo odiéis. Pero puede que os encante y sea uno de los libros del año. No hay término medio.

Lo peor: Al principio aburre un poco.
Lo mejor: Va mejorando muchísimo, muchísimo, y acaba en un final apoteósico que me ha recordado a Albert Espinosa (no sé por qué) pero mucho mejor.

PUNTUACIÓN
9/10

1 comentario:

  1. Jo, todavía tengo pendiente a Gaiman y eso que tengo unos cuantos libros suyos en la estantería :(
    Ésta parece una muy buena opción para comenzar con él ^^
    Un beso!!

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