miércoles, 12 de abril de 2017

Qué veo (nº6): especial series

Luke Cage, de Cheo Hodari Coker
3,5/10
Decepcionante. Esa es la palabra para la primera temporada de Luke Cage. Personalmente, sabía que no iba a estar a la altura de Jessica Jones, pero esperaba por lo menos algo mejor que esto. Para mí la serie ha representado perfectamente el Marvel más realista, que deja de lado los supervillanos y pone en su lugar a mafiosos, pero esa es la cara de Marvel que más me aburre. Mucha acción, sí, pero poco llamativa: nada que vaya más allá de las peleas a puñetazo limpio cada cinco minutos, que ya resultaban manidas. No está mal hilada, no tiene una estructura mal hecha y tiene diálogos buenos, pero a mí me ha parecido muy lenta y me ha aportado poco.

13 Reasons why de Tom McCarthy y Selena Gomez
9/10
Por una vez en mi vida no he empezado una serie de moda el último, sino que la empecé casi el mismo día que Netflix la sacó (yo pensaba que iba a ser una película, por cierto), y ya que esta serie ha sido un boom, creo que es importante que hable un poco de ella. Mirad, probablemente no sea una serie tan buena, pero a mí me ha encantado. Al final del tercer episodio ya estaba enganchadísimo. El argumento es muy original y la forma en que va resolviéndose todo y se va explicando el porqué del suicidio de Hanah (a cuentagotas, adelantando detalles de lo que luego se matizará en profundidad, dejando lo más importante para el final pero sin hacer episodios insustanciales) te mantiene en vilo y sin poder evitar darle a reproducir el siguiente capítulo nada más se acaba uno. Para mí, lo mejor es el protagonista, Clay, con el cual he empatizado un montón -me ha gustado mucho la interpretación del actor, además- y, por supuesto, el mensaje de crítica que conlleva. Crítica al acoso en las aulas, al maltrato que recibe la mujer con respecto a como viva su sexualidad y otros aspectos de su vida, una llamada a que el suicidio nunca debería ser una opción. La recomiendo mucho, aunque el final me haya decepcionado un poco y alguna que otra interpretación me haya dejado algo frío.

Sherlock, 1ª temporada, de Steven Moffat y Mark Gatiss
7,5/10
Lo mejor de esta serie es que puedes ver una temporada en un fin de semana sin renunciar a tu vida social, como me pasó a mí. Cada temporada está compuesta por tres episodios que son como películas cortas, de una hora y media, y donde se puede ver como este Sherlock Holmes del siglo XXI resuelve casos de lo más creepys. Solo he visto la primera temporada, y aunque no me ha parecido tan arrolladora como a todo el mundo, sí que la he disfrutado mucho, los personajes me han llamado la atención y, como no se me ha hecho pesada, seguiré con ella. Tengo ganas de más misterios, sobre todo si los protagoniza Benedict Cumberbatch.

American horror story: hotel, de Brad Falchuk y Ryan Murphy
7,5/10
Y llegó la temporada de la Gaga.
Sinceramente, la cantante era desde luego lo que más curiosidad me producía de esta temporada, aunque Hotel finalmente no estuvo nada mal y hubo otras cosas que me gustaron a parte de ella. Eso sí, he de admitir que conforme pasan las temporadas de esta serie se va disminuyendo los niveles de terror hasta que casi son inexistentes, y en esta historia parecen haberse sustituido por grandes cantidades de... hum... sexo, supongo. Sexo algo sangriento, pero sexo al fin y al cabo. Ninguna temporada parece estar al nivel de la primera, pero más allá de eso no deja de ser una de mis series favoritas porque me parece súper entretenida, muy rápida de ver y siempre está sacándose nuevas líneas argumentativas de la manga y personajes muy bien perfilados(aunque no niego que a veces le faltan desarrollo a sus historias) que hace que me siente irremediablemente atraído a saber qué pasará en el siguiente episodio, y, por supuesto, cuál será la trama de la siguiente temporada.
P.D: Por si lo dudáis, mi personaje favorito de esta temporada es La Condesa, por supuesto.
P.D: Eso sí, sin Jessica Lange esta serie ya no es lo que era.

American horror story: Roanoke, de Brad Falchuk y Ryan Murphy
7/10
No tengo mucho que decir de esta temporada que no haya dicho justo arriba de la anterior. De hecho, no iba a ponerla en este post pero la acabé anoche y me he animado a ello. Es la temporada que peor hilada está, en mi opinión, aunque cuyo formato resulta más original. El reparto esta vez no resulta muy brillante ya que la mayoría de mis actores favoritos de esta serie solo se involucran como una participación especial o el personaje que interpretan resulta demasiado tenue -a muchos les falta desarrollo-. Sin embargo, es también rapidísima de ver y muy entretenida, por no mencionar que ir descubriendo las conexiones que tiene con respecto a otras temporadas (hay una sorpresita al final que me encantó) ha hecho que esta temporada me gustase a pesar de todo. Además, he leído por ahí que a partir de ahora todas las temporadas estarán conectadas unas a otras de alguna forma y, de ser esto verdad, estoy muy ilusionado con la idea.

 Abstract de Scott Dadich
8/10
Es de lo más rarito que os muestro hoy, porque esta "serie" son ocho capítulos documentales dedicados a genios del amplio campo que es el diseño. Cada capítulo habla de un área de esta materia (Ilustración, diseño de calzado, de coches, de escenarios, arquitectura, decoración de interior, fotografía y diseño gráfico) y se centra en el trabajo de un artista de referencia en tal campo, contado de primera mano por dicho artista. Inspirador a más no poder para todo aquel que se vea irremediablemente atraído al trabajo creativo y muy entretenido incluso para el que no.

Scream queens, segunda temporada, de Brad Falchuk y Ryan Murphy.
4/10
Bastante decepcionante. Me gustó mucho más la primera temporada, tenía más encanto e incluso me hacia sentir cierta intriga. Esta ha sido surrealista en el mal sentido de la palabra, no de una forma planeada, sino de una forma que da lugar a pensar que han puesto veinte ideas escritas en papelitos en un tarro y las han ido colocando a empujones a lo largo de la historia conforme las sacaban. Solo puedo salvar que han sido pocos episodios con lo cual no me he aburrido durante mucho tiempo, que me encanta el espíritu maquiavélico de las Chanel -sobre todo Chanel nº1, estoy muy enamorado de Emma Roberts- y las formas de matar tan chulas y sangrientas que son capaces de inventar los directores.

Una serie de catastróficas desdichas de Daniel Handler
3/10
No me he leído los libros ni he visto la fantabulosa película con Jim Carrey -lo cual parece ser una prueba de fuego para pasar la infancia-, pero nada más salió la serie me vi irremediablemente atraído por ella. A veces la intuición falla.
Que sí, que tendrá mucho encanto, pero a mí me ha aburrido mucho. Lo único destacable son las actuaciones de los actores, sobre todo de los jóvenes que para serlo lo hacen muy bien. Bueno, y de Neil Patrick Harris, como no. Pero el resto, bueno... para mí, ha sido un poco perder el tiempo. No la he odiado, no me malinterpretéis, pero la hubiera disfrutado mucho más si tuviera la edad del público a la que se supone que va dirigido. Aunque eso tampoco implica que no pueda gustar a mayores -de hecho, gente de mi edad ha sido la que me la han recomendado-.

Skins, primera temporada, de Jamie Brittain y Bryan Elsley
6/10
No voy a explayarme mucho en esta "reseña" porque la primera generación de Skins corresponde a las dos primeras temporadas de la serie y, por ahora, yo solo he visto la primera, así que supongo que solo he visto "la mitad" de la historia. Mejora con el paso de los episodios, pero solo porque en los primeros lo único que podía pensar acerca de la serie es porque tenía tanto éxito. No me estaba gustando nada. Sin embargo, progresivamente me fui metiendo más en la historia y, aunque la serie no acabó de encajar conmigo, me gustó lo cruda que es en ciertos aspectos y el final me hizo querer ver la segunda temporada, que empezaré en poco tiempo. Ni la odio ni la amo.

Black Mirror. primera y segunda temporada, de Charlie Brooker
6/10
Debo admitir que fue un poco decepcionante. Rápida de ver, puesto que las temporadas son cortísimas, pero me dejó con sabor a poco. Es muy original y está muy bien cuando no tienes tiempo de seguir una trama lineal, cada episodio presenta un escenario diferente cuyo único punto en común es el hecho de que la tecnología causa, de alguna manera, estragos en la vida de los personajes, y eso te invita a una reflexión, pero... No sé, supongo que esperaba algo más. Algo más grotesco, probablemente. Y no es que los diferentes argumentos no sean lo suficientemente enfermizos como para llamar mi atención, al contrario, pero a la hora de ponerlos en práctica, de desarrollarlos... Me he quedado con la sensación de que a la mayoría de los episodios les ha faltado algo. Sin embargo, por ahora solo he visto las dos primeras temporadas y probablemente continúe, porque no deja de ser bastante interesante el debate acerca de nuestro uso de la tecnologías que abre Black Mirror.

Y hasta aquí la entrada especial de series que quería hacer. Me he dejado algunas en el tintero y me estoy viendo otras tantas (Riverdale, por ejemplo), pero esas ya las comentaré en posts siguientes de esta sección, junto con películas, que también he visto decenas de las que no he dicho nada. Si tenéis opinión sobre alguna de estas series o queréis recomendadme, adelante, soy todo oídos.

sábado, 11 de marzo de 2017

Reseña "El guardián entre el centeno" de J.D Salinger

Título: El guardián entre el centeno
Autor: J.D Salinger
Editorial: Alianza
Género: Realismo
Precio: 10,20 euros
Páginas: 288
ISBN: 9788420674209

SINOPSIS


Las peripecias del adolescente Holden Cauldfiel en una Nueva York que se recupera de la guerra influyeron en sucesivas generaciones de todo el mundo. En su confesión sincera y sin tapujos, muy lejos de la visión almibarada de la adolescencia que imperó hasta entonces, Holden nos desvela la realidad de un muchacho enfrentado al fracaso escolar, a las rígidas normas de una familia tradicional, a la experiencia de la sexualidad más allá del mero deseo.

OPINIÓN
Quería leer este libro, tenía muchas ganas desde que me propuse ampliar mis horizontes lectores más allá de la literatura juvenil actual. Y no por el amor que el asesino de John Lennon le procesaba, sino porque me habían hablado muy bien de él. Ya sabía que este es ese libro que tienes que leer cuando eres adolescente, pero no un adolescente cualquiera, sino un adolescente nivel doctorado universitario: inadaptado, cansado, un trote entre ser un intensito y ser un nihilista, perdido y solo (a pesar de toda la gente que pueda haber alrededor). Leer este libro puede doler, porque todo lo que Holden Cauldfield haga mal, todo lo mucho que le reprochen como nada le llena, te lo estarán reprochando a ti también. Sí, es cierto que a esta novela, en mi opinión, le falta algo. Quizá un argumento sólido al que atenerme. O quizá simplemente necesitaría más frases de las que se clavan dentro de ti, que te hagan sentirte más conectado al protagonista, que justifiquen por qué tú eres Holden. Pero a pesar de ese algo que le falta a la novela, no deja de contar la noche de reflexión que todos, en el fondo, vivimos, de una forma en la que todos, en el fondo, nos gustaría vivir.
Porque en El guardián entre el centeno no ocurre nada. El protagonista se dedica a pasear, a dar tumbos y bandazos contra paredes, hiriéndose, dejándose la piel a impulsos, siendo, sinceramente, un tonto. Pero tonto de los de verdad. No es una situación en la que te vendan lo que le acaba de pasar al protagonista para explicar lo que va a empezar a hacer, no es una estructura, es un día más en su vida. Casi causa un poco de angustia pensar que ese puede ser su día a día: su forma de (no) pensar y su forma de actuar. Pero en el fondo por este motivo (y muchos otros), todos somos Holden Caulfield.
Esta es una novela que se escribió en los sesenta, un libro para niñatos irascibles de la época a los que lo único que les llenaba era tener a alguien con quien quejarse de todo, entonces, ¿por qué a día de hoy, es un libro que se puede leer con la impresión de que fue escrito ayer? ¿Por qué sigue provocando los mismos sentimientos y hablando pestes de lo mismo de lo que hablan pestes sus lectores? Porque más allá del niñato de inmadurez facilona que es su protagonista, en él se puede ver la capacidad de hacerse preguntas. Preguntas sobre por qué creemos que está bien algo que le sienta tan mal a la gente, preguntas sobre ponerse en camino de un sitio sin saber ni siquiera qué sitio es (y mucho menos, si te parecerá un buen sitio), preguntas acerca del comportamiento de la gente, preguntas acerca de si es problema de ellos, o el problema eres tú. Sí, su protagonista será un niñato, pero es un niñato mucho más lleno de verdad que el ambiente en el que se mueve, incluso aunque a veces actúe con esa falsedad que tanto, tantísimo, critica de la gente de su alrededor. Hasta la exasperación considera a todos falsos, falsos, falsos, en su forma de comportarse y en su forma de reaccionar como todos esperan que reaccionen, y él se ve irremediablemente arrastrado a comportarse como un falso también, y eso le duele.
Es curioso como en la odisea urbana del protagonista van apareciendo distintos personajes que tienen su propia historia de forma velada. En un susurro, el protagonista los describe por encima, y da detalles de ellos que hacen volar la imaginación para imaginarnos una verdad escondida detrás de las intervenciones que hacen. Prostitutas, falsas amigas, amienemigos, hermanas pequeñas con la ternura de un bebé y la madurez de una madre, profesores con ojos de pena... todos juegan un rol en el sinsentido que supone El guardián entre el centeno.
La narración es en primera persona desde el punto de vista de, como no, Holden. Su pobre vocabulario se ve en la repetición de la palabra "jo" hasta la saciedad y en las ideas inconexas entre sí que intenta transmitir infructuosamente de forma clara, a fin de hacerse entender. En su mundo, nunca lo consigue, en el nuestro, en el de sus lectores, sí. Una narración acorde con la historia que se cuenta.
Sé que una reseña en la que todos los puntos que se intenten analizar vayan dirigidos al protagonista es rara, pero eso es esta novela. Esta novela es Holden Caudfield. Como he dicho: sin argumento, sin estructura. Con un aspecto pasivo pero pataleando de rabia y dando tumbos por Nueva York. No hay más que decir, ni siquiera voy a intentar ponerle una nota numérica, como me ha pasado otras veces. Cierto, me ha faltado algo, pero la lectura me ha más que merecido la pena. Me ha gustado leyéndola, me ha fascinado analizándola y me ha hecho pensar escribiendo sobre ella. Solo sé que El guardián entre el centeno es un libro que, de haber leído dentro de cinco años, me hubiera matado de rabia por no haberlo descubierto ahora. No voy a hablar de edad, no voy a decirle a nadie que se le ha pasado el arroz para esta lectura, pero si voy a decir que tengáis prisa en recibir esta dosis de palabras que componen la obra de Salinger si estáis un poco perdidos. Porque antes de decir que nadie os comprende debéis beber un poco de la autocompasión de Cauldfield.
Al fin y al cabo, alguien que ha inspirado tantos indipersonajes de la literatura, desde los libros de Ben Brooks hasta los amigos de Charlie de Las ventajas de ser un marginado, no puede no levantar las empatías de sus lectores.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Reseña "El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares 2: la ciudad desolada" de Ramson Riggs

Título: El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares 2: La ciudad desolada
Autor: Ramson Riggs
Editorial: Cross books
Páginas: 480
Precio: 14,95 euros
Género: Fantástico
ISBN: 9786070736131

SINOPSIS

Continúa el viaje extraordinario con la huida de Jacob Portman y sus insólitos amigos en busca de una cura para su querida maestra, Miss Peregrine. Perseguidos por sus enemigos, al llegar a Londres encuentran una ciudad destrozada por las bombas en las que el peligro acecha en cada esquina. A pesar de su valentía y fortaleza, deberán enfrentarse a retos que desafiarán sus asombrosas habilidades. ¿Cómo sobrepasar todos los obstáculos de un mundo en el que humanos y peculiares libran guerras paralelas?

OPINIÓN
Esta es la segunda parte de la saga del Hogar de Miss Peregrine, una saga que me está gustando mucho pero a la que sí es cierto que me ha costado seguirle el hilo en esta segunda parte. A mí los libros con su dosis de fantasía me encantan, sobre todo si es una trama original, donde la magia se presente de una forma diferente a lo habitual y tenga una base bien explicada, y si los personajes tienen cada uno sus caracteristicas especiales propias, mejor. Es muy interesante ver como las habilidades de cada cual pueden aportar algo diferente a la aventura. Y eso es lo que tenemos en esta saga. Sin embargo, me ha faltado que el autor me situase en esta segunda parte algo mejor de lo que lo ha hecho, y no hablo solo de la trama del libro anterior y los personajes (el libro tiene al principio unas páginas con la ficha de cada uno de ellos, muy útil si eres tan malo recordando nombres como yo), sino en el mundo que ha creado generalmente.
Por otra parte, tengo que decir una cosa: el primer libro me encantó, y si bien no recuerdo si me pareció o no introductorio, este tomo, siendo segunda parte, sí me lo ha parecido un poco. Voy a explicarme mejor: no es que me parezca una introducción a la saga, sino que me ha parecido una introducción para la sorprendente y frenética trama que (supongo) el autor nos tiene preparada en la tercera entrega. Me he quedado con un muy buen sabor de boca con él, cierto, pero ese sabor de boca está un poco manchado con la sensación de que ha sido un libro muy largo que no aporta tanto como para justificar su número de páginas. Los protagonistas viven muchos revesés y aventuras, no os lo voy a negar, la acción que contiene es mucha, y eso es un punto a favor, pero más allá de la odisea que se narra el argumento está algo vacío de respuestas o de puntos inflexivos para la saga. En resumen, que el principio y gran parte del nudo del libro pueden resumirse en anécdotas independientes unidas por páginas de unos protagonistas deambulando, sin más. Un libro de transición, que está ahí porque tiene que estar ahí, entre el primero y el tercero. Por suerte, eso cambia finalizando La ciudad desolada.
Este fallo hay que tenerlo en cuenta, sí, pero no ha dejado de ser una lectura muy grata, porque esos son los primeros y últimos "peros" que le he podido sacar a la obra. Entretenida a más no poder, unos protagonista excelentes y unos lazos filiales entre ellos que me han parecido muy reales, y que me han amenizado la lectura. El hogar de Miss Peregrine tiene la suerte de ser una de esas historias, una de esas que lees y de repente has adoptado un rol, un personaje. Crean lo que yo llamo el efecto película: no la estás leyendo, la estás visualizando, y tienes esa sensación de cuando estás en el cine y en tu cabeza no hay actor que valga, porque tú eres el protagonista. Es un poco cursi, pero a todos nos gusta eso, y conseguirlo en un libro es muy difícil, pero una vez lo tienes ya tienes algo de magia incrustada en sus páginas.
La narración es muy buena, con un estilo muy claro y directo, y consigue expresar bastante bien las sensaciones y sentimientos de angustia de cada personaje. Como he dicho antes, con el final la historia mejora bastante y ha sido en esta parte donde más he podido empatizar con las situaciones y los sentimientos que le provocaban a los personajes por la forma en la que estaban contados: muy sencilla, el autor consigue describir lo que los protagonistas tienen en su cabeza y trasladarlo a la tuya.
La historia de amor me está gustando mucho, espero que no decaiga en la próxima entrega.
Y, por supuesto, la maravillosa edición. Ni un pero a las fotografías, los comienzos de capítulo, la portada y la tapa dura. Una maravilla muy cuidada que, además, te adentra en la historia más profundamente aún.

PUNTUACIÓN
7/10

domingo, 29 de enero de 2017

Reseña "Instrumental" de James Rhodes

Título: Instrumental
Autor: James Rhodes
Editorial: Blackie books
Precio: 19,90 euros
Páginas: 288
Género: Biográfico
ISBN: 9788416290437

SINOPSIS


La música fue su salvación. James Rhodes fue víctima de abusos durante su infancia y su vida ha estado marcada por esa tragedia. Escuchar a Rajmáninov en bucle durante su adolescencia y descubrir el Adagio de Bach en un ala psiquiátrica le ayudó a combatir sus demonios y a transformar su vida. James Rhodes es uno de los más eminentes concertistas de piano de la actualidad y un gran renovador de la música clásica. Ha protagonizado documentales para la BBC y Channel 4, escribe en The Guardian y ofrece recitales en todo el mundo. «Instrumental» son sus memorias, que vieron la luz en Reino Unido después de que el Tribunal Supremo levantara el veto que pesaba sobre la obra. Todo un tributo apasionado al poder terapéutico de la música y que aborda cuestiones fascinantes sobre cómo funciona la música clásica y sobre cómo y por qué puede cambiar nuestras vidas

OPINIÓN
Voy a ser uno más de los lectores de este libro que lo pongan por las nubes, que diga lo bueno que es, que le lama el lomo (si lamerle el culo a una persona significa hacerle la pelota, lamerle el lomo a un libro debe de ser un símil válido), y que hable con el vello de punta. Os lo adelanto. No voy a ser novedoso. Es un buen libro, un libro demasiado bueno, y demasiado horrible a la vez. La historia de una vida que cuesta creer que sea cierta, pero ahí está: ese es James Rhodes, el genio del piano al que (admito) no conocía, esa persona que hace de funambulista, que con sus palabras me ha hecho teletransportarme a la cuerda floja que ha sido su vida desde que, a los seis años, uno de sus profesores le violó. Cerrad los ojos y pensad en todas las adicciones que puede llegar a tener una persona, todas las dificultades, toda la carga negativa que puede acumular un pasado y todos los motivos que la causan. Y seguramente os falte imaginación para lo que ha vivido este hombre.
Pero él, a día de hoy, es feliz. Y es un genio.
Vuelvo a pedir que penséis. Pensad en violaciones, en problemas de salud, problemas con el alcohol, las drogas, el autoinflingirse heridas, los intentos de suicidio, el trastorno de personalidad múltiple, el trastorno obsesivo compulsivo, la depresión, perder la custodia de vuestro hijo. Pensad en todo eso, en mucho más y en sobrevivir. Y parece que no es compatible, algo es vuestra cabeza os hará pensar en alguien tirado en la calle, malviviendo, incluso en sus últimos momentos, cerrando los ojos y dando por sentado que ha sido una vida desperdiciada.
Pero Instrumental no va de eso. Va de cosas que salvan la vida. James Rhodes es carismático, es un verdadero escritor, es irónico y, sobre todo, las ha pasado canutas. Y nos lo explica en esta obra, que es su vida, que es lo mal que lo ha pasado pero lo que ha merecido la pena. Porque todos tenemos hilos que nos atan a la pared de roca cuando queremos saltar por el barranco, y sus hilos son algunas personas, son el futuro y es la música clásica. Como digo, estas memorias de música, medicina y locura me han parecido épicas.
No voy a hacer un escaneo completo de una obra así, que no es ficción, ni voy a puntuarla (aunque, si lo hiciera, debo decir que la narración es muy buena y el libro no pierde fuelle con el paso de páginas), porque no creo que sea necesario. Solo diré que deberíais animaros a darle una oportunidad. Y no, no importa que no hayáis ido nunca a un concierto de música clásica (la mayoría de la población no hemos ido a ninguno, no os sintáis culpables) o que el propio nombre del autor de esta biografía ni os suene. De hecho, este libro está dirigido precisamente a vosotros, anónimos desconocedores. Están dirigido a ese "por si acaso", a ese uno de cada diez que tras la lectura de este libro y tras escuchar la playlist que lleva consigo se deja encandilar para siempre por este género musical. Y el resto nos conformaremos con llevarnos una de las historias mas estremecedoras y puras que existen. ¿Sabéis esa sensación al ver una película de miedo y que, cuando acabe, en los créditos finales digan que está basada en hechos reales? ¿Esa sensación de "espero que sea mentira porque si no, no viviré tranquilo"? Pues Instrumental te hace sentir un poco eso. No quiero enrollarme y llenar una reseña de adjetivos que solo repitan una y otra vez lo mismo, pero es difícil no hacerlo entre estas paredes que conforman la habitación de piano de Rhodes. Es un libro que cuenta algo que no es espectáculo con sentido del espectáculo, un libro que habla de una realidad llena de mentiras y una persona deshojándose lentamente, hasta quedar a corazón descubierto y en carne viva.
Este libro es, al final, una de esas vidas que te sentarías a escuchar una y otra vez. Una de esas historias con moraleja que guardas con el paso de los años y aún recuerdas cuando es conveniente, porque te hace ver todo lo malo que hay ahí fuera, como cosas enfermizas son más normales de lo que parecen, y sin embargo no te hace perder ni un ápice de fe en lo que podemos mejorar. Como este pianista describe la primera melodía que escuchó, como te enternece al hablar de los intensísimos sentimientos que le embargan por su hijo, la frialdad con la que narra la forma que tenía de inflingirse dolor o su ironía frente a la sociedad de esnobs que se crea en el círculo social que es el de los amantes de la música clásica. Como lo hace es mágico, muy especial.
A veces acabas una reseña y sabes que no es una reseña, me pasó con los libros de prosa poética, también me pasó con las mejores tramas que he encontrado (e intenté ocultar esa incapacidad de analizar algo que había querido tanto), y me pasa con esta autobiografía. Porque no soy quien para juzgar una vida, y menos si está tan bien contada. Os lo recomiendo.